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sábado, 28 de mayo de 2016

Joe Soss/ Richard C. Fording/ Sanford F. Schram: Disciplining the Poor: Neoliberal Paternalism and the Persistent Power of Race


En este libro (The University of Chicago Press, 2011) se examinan las transformaciones acaecidas en las políticas norteamericanas de asistencia social dirigidas a la parte más pobre y precaria (en buena medida, perteneciente a minorías étnicas) de la población trabajadora, a raíz de la implantación en su seno de la ideología y de las estrategias de gobernanza propias de lo que se ha dado en llamar "neoliberalismo". Se destaca apropiadamente cómo estas transformaciones parten de la situación previa, en la que ya las políticas de asistencia social estaban fundamentalmente orientadas no tanto al cambio cuanto al control social: el control de poblaciones marginadas, observadas desde el poder estatal (y, más en general, desde los poderes sociales) como "clases peligrosas".

A partir de una tradición (desde al década de los años sesenta del pasado siglo, momento en el que se comienza a extender la política de bienestar social -siempre, desde un inicio, ese sesgo preferente de control social- a los barrios pobres y étnicamente marcados de las grandes ciudades) de asistencialismo paternalista (que proporcionaba ayuda, pero no autonomía ni empoderamiento), lo que el neoliberalismo añade a las políticas de asistencia social precedentes es un reforzamiento del grado, y de la eficacia, del control. Así, el libro estudia detalladamente el modo en el que se han ido introduciendo, en todos los niveles (desde los diseños globales hasta las prácticas administrativas más específicas, pasando por las regulaciones legales e infralegales, las disposiciones presupuestarias, etc.), técnicas de vigilancia y control sobre l@s beneficiari@s de la asistencia social. Cómo, frente a las regulaciones generales preexistentes, las nuevas técnicas de gestión de los servicios sociales presionan de manera mucho más intensa sobre la autonomía de las personas pobres, para exigirlas (si es que quieren acceder a los beneficios y a los servicios sociales... y, muchas veces, simplemente para no ser reconducidos autoritariamente hacia la otra pata del sistema de control social, el penal) determinadas formas de comportamiento -o de abstenciones de actuar-, ciertas actitudes y maneras de rendir cuentas por la conducción de sus vidas.

Cómo, en suma, la gestión neoliberal de la asistencia social constituye un dispositivo de control social mucho más perfeccionado, que captura de manera más efectiva a cada persona necesitada de ayuda.Y que -y es esto algo que ha de interesarnos particularmente- se relaciona, además, de una manera intensa y constante con el sistema penal. En efecto, en la concepción neoliberal de la asistencia social, servicios sociales y represión penal van de la mano: a la persona pobre sumisa se le proporcionan (limitados) servicios y beneficios, a cambio de respeto a ciertos patrones de comportamiento impuestos; en cambio, a quien no respeta tales patrones (o a quien en algún momento, por cualquier razón, se desvía de los mismos) cabe siempre "desviarle" hacia el sistema penal. Policía y asistente social, pues, como dos profesiones profundamente interrelacionadas, por una estrategia común.

Por fin, el trabajo estudia igualmente (como lo hacen otros muchos, en esta misma línea, recientemente) la manera en que toda esta estrategia integral de control social está, en el caso norteamericano, profundamente racializada: orientada hacia el control de la población pobre; pero de una población pobre que es estereotipada a partir de generalizaciones acerca de las causas y consecuencias de la pobreza con una base profundamente racista. (Por expresarlo de otro modo: se toma a la persona pobre afroamericana, en sus dos manifestaciones de género - la del varón desempleado y la de la madre soltera-, y a sus "déficits" como paradigma explicativo e interpretativo de la pobreza, y justificación de las políticas diseñadas para gobernarla.)

Un estudio profundamente sugerente, creo, por su capacidad para estudiar un tema aparentemente alejado de las cuestiones penales desde una perspectiva (la de los dispositivos de poder) que, sin embargo, nos permite aproximarnos a las interrelaciones entre las diversas formas de gobernar la desviación social.


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