viernes, 2 de mayo de 2014
Ida (Pawel Pawlikowski, 2013)
En el principio está la forma: el formato cuadrado de la película, contrario a los usos más habituales del cine contemporáneo; y, también, la manera de componer unos planos en los que los personajes son mostrados como figura distantes, recortadas sobre el fondo de unas estructuras materiales que parecen envolverlos, aplastarlos. O una iluminación en blanco y negro de texturas extremadamente nítidas; evocador, tal vez, de un tiempo pasado: los años 60 del pasado siglo en los que la trama transcurre; pero, más en general, el tiempo, siempre perdido, de todas las memorias...