Después de ver, finalmente, las dos partes en las que se ha dividido Nymphomaniac a los efectos de su exhibición en salas cinematográficas, se confirma la sospecha de que (como no podía ser de otro modo, teniendo en cuenta quién es y cómo es Lars von Trier) la parafernalia publicitaria en torno a una pretendida película erótica, cargada de escenas sexualmente "fuertes" no era eso, nada más que publicidad.
sábado, 5 de abril de 2014
Nymphomaniac (Lars von Trier, 2013)
Después de ver, finalmente, las dos partes en las que se ha dividido Nymphomaniac a los efectos de su exhibición en salas cinematográficas, se confirma la sospecha de que (como no podía ser de otro modo, teniendo en cuenta quién es y cómo es Lars von Trier) la parafernalia publicitaria en torno a una pretendida película erótica, cargada de escenas sexualmente "fuertes" no era eso, nada más que publicidad.
El lado oscuro de la Copa del Mundo de fútbol en Qatar
Puedes firmar esta acción de Amnistía Internacional aquí: