viernes, 25 de mayo de 2012
"Barabbas", de Richard Fleischer
Para un observador profundamente ateo (como quien suscribe), ha sido siempre motivo de curiosidad -a la vez que de escepticismo- el hecho de que la gran masa de creyentes en algún dios y en alguna religión se vean en todo momento precisados de asideros sensibles para su fe y para seguir la moralidad que su religión les impone. Milagros y liturgias forman parte, en efecto, del instrumental usual de cualquier religión organizada, y aun a medio organizar. Parecería, en efecto, que sin ver es difícil creer...