¿Cuál es el papel de la acción humana (y de su moralidad) en un universo, material, carente de sentido (más allá del hombre mismo)? Sobre la base de sendos textos de Cesare Pavese, Jean-Marie Straub y Danièlle Huillet presentan, en esta película, un díptico de diálogos que pretenden -cuando menos- presentar tal dilema: el dilema del sentido, o de su ausencia.

En el plano formal, el austero estilo de composición visual marca de la casa se concreta en una sucesión de planos fijos, que enmarcan las cosas: esas cosas (incluyendo, también, a los seres humanos) que son todo lo que hay (sin ulterior sentido -por más que nos empeñemos en atribuírselo). Aunque algunas, los seres humanos, hablen y creen ilusiones: de culpa, de angustia, de significado.

Por supuesto, en lo temático, esto podría ser interpretado como alguna suerte de indiferentismo. Nada más lejos, sin embargo: dentro de esas "cosas que ocurren" está también la inexorable condición moral del ser humano. Que le lleva -como a los personajes de la segunda parte de la película- a actuar: a crear una diferencia, a partir de su (inevitable) evaluación de cuanto sucede. De nuevo, acaso no tenga un sentido. Pero es.