Aparecido en el nº 173 (mayo 2011) de Revista de Libros, este artículo (que reseña un par de libros sobre el tema) apunta, muy certeramente, hacia la forma en la que ha tenido lugar construcción discursiva de "la República de Weimar", como figura retórica de la historia política que ha permitido a la izquierda más vergonzante (aquella que se avergüenza de su pasado y de sus señas de identidad: vale decir, la mayor parte de los sectores de procedencia socialdemócrata) autoatribuirse un pasado glorioso (derechos sociales, democracia "civilizada", etc.), que habría sido destruida por los "totalitarismos" -otra figura retórica- de derecha y de izquierda.

Enric Ucelay-Da Cal pone de manifiesto cómo tal construcción es eso, pura ideología, dado que la República de Weimar no fue más que la expresión política de una guerra civil larvada (y a veces no tan larvada), por lo que apenas tuvo oportunidad alguna de sobrevivir como sistema político estable.

De manera que solamente la completa desestructuración social producida por la posterior guerra, y los elementos de gobernabilidad (y consiguientes limitaciones a la democracia y a la libertad) que tanto occidentales como soviéticos introdujeron, en sus respectivas zonas de ocupación (y posteriores estados satélites) después de la misma, hicieron posible el control del conflicto de clases por parte del Estado. (Un control, en todo caso, relativo, dada la sucesiva aparición de episodios de conflictividad social aguda,e incluso de lucha armada, a partir del momento de la reconstrucción.)