Léase detenidamente la siguiente historia:
El Poder se impone, imperativo, irresistible. Un Hombre (un varón), sin embargo, fiel a sus convicciones, opta por la resistencia pasiva, la única posible para él en tal ocasión. La Mujer que le acompaña le sigue en su actitud: tal vez por convicción, tal vez tan sólo por ese hábito de las mujeres “bien educadas” de seguir a su varón.