"En realidad, (scil. Shoah) es una película sobre la encarnación (...)"
Claude Lanzmann
Claude Lanzmann
Esta pasada semana tuve la ocasión de ver, en un ciclo organizado por una organización de derechos humanos (el detalle no es banal, como luego apuntaré), Retorno a Hansala, la película dirigida por Chus Gutiérrez en 2008 acerca de la inmigración marroquí a España, las muertes en las pateras y el impacto de todo ello sobre los pueblos de origen de las personas muertas. La película gira en torno a dos protagonistas: el empresario español de pompas fúnebres encargado de transportar el cadáver de un joven marroquí fallecido al intentar entrar en España y el hermano del fallecido, que le acompaña en el viaje. Nos narra –o lo intenta- una road movie clásica, en la que los personajes van cambiando a medida que el viaje exterior se convierte también en experiencia interior, hasta el punto de que Martín, el protagonista español, llega a “tomar conciencia” de la injusticia que supone el hecho de que l@s ciudadan@s marroquíes tengan que emigrar a España en condiciones tan degradantes.